¿AMOR O MIEDO?

RAÍCES COMUNES

La neurociencia sabe dónde encontrar el miedo dentro de nuestro cerebro. Reside en la amígdala cerebral y parece que nos ha acompañado a lo largo de la existencia humana. L@s psicólog@s nos advierten de que a causa del miedo nuestros antepasados humanos buscaron mecanismos de protección y gracias a ellos sobrevivieron. Quienes habitamos el mundo estamos aquí en parte como consecuencia de ello. La amígdala forma parte de nuestro cerebro más ancestral.

También es conocido que la conciencia humana habita en la zona pre-frontal del cerebro y se podría decir que es la parte más moderna del mismo. Es conocido científicamente que existen circuitos que conectan la parte pre-frontal con la amígdala.

Hay pocas investigaciones científicas que se fijen en el papel que el amor ha tenido para la sobrevivencia del género humano. Se pueden considerar relacionadas con ellas las que se centran en la psicología positiva y más recientemente en la compasión (empatía implicada y comprometida con el/la otr@), socialmente están las del ecofeminismo o los estudios sobre "lo común" entendido bajo el prisma de las comunidades indígenas. Sin embargo, parece evidente que sin el cuidado de y hacia l@s otr@s, la humanidad no hubiera llegado tan lejos por más murallas defensivas, escondites o artefactos de defensa que se hayan utilizado. Surge la pregunta de si todavía nos puede más el miedo que el amor y qué hacer para aprovechar todas las redes neuronales que tenemos y pasar a ser conscientes del amor que tenemos y podemos ofrecer.

Este blog nace con el deseo de transitar por los caminos de legado humano amoroso que nos han mantenido viv@s y conectad@s.

La Meditación nos invita a observar nuestro pensamiento y con él los propios miedos, como forma de poner conciencia sobre ellos y proporcionarnos datos para el auto-conocimiento. El "conócete a tí mismo", de Sócrates, parece seguir más vigente que nunca, a la vista del panorama de crisis social, económica, de valores... que vivimos. Se muestra urgente la atención hacia el desarrollo del amor, que muchas personas ya practican, cuidando silenciosamente de otr@s, bien personalmente, bien a través de organizaciones sociales y colectivas.